Desarrollo de páginas web y software a medida en Ecuador

jivsoft@hotmail.com +593 97 876 6762
Publicado: /

Agentes inteligentes: cuándo usarlos y cuándo evitarlos

Un agente decide y actúa con ayuda de un LLM y herramientas externas. Aprende cuándo te dará ventajas reales, cuándo complicará tu sistema y cómo diseñarlo con límites, auditoría y supervisión.

Agentes inteligentes: cuándo usarlos y cuándo evitarlos

Agentes inteligentes: cuándo usarlos y cuándo evitarlos

Un agente no solo responde: decide pasos, llama herramientas y ejecuta acciones. La pregunta clave no es “¿puedo?”, sino “¿debo?” y “¿bajo qué límites?”.

En el post anterior conectamos el modelo con tus datos (RAG). Hoy subimos un nivel: agentes que deciden qué hacer, cuándo hacerlo y con qué herramienta. Bien diseñados ahorran tiempo; mal diseñados crean riesgos y costos.

¿Qué es un agente?

Es un sistema guiado por un LLM que planifica y ejecuta una secuencia de pasos: buscar datos, llamar APIs, calcular, resumir, escribir, notificar. Usa “herramientas” (funciones o servicios) con entradas/salidas definidas.

Cuándo sí conviene usar agentes

  • Flujos multi-paso con decisiones condicionales (investigar → extraer → validar → reportar).
  • Integraciones repetitivas (CRM, correo, calendarios) donde reglas cambian y necesitas flexibilidad.
  • Operaciones internas con modo seguro y auditoría (p. ej., preparar borradores, nunca publicar directo).
  • Asistentes expertos que recomiendan acciones y piden aprobación humana antes de ejecutarlas.

Cuándo evitarlos (por ahora)

  • Tareas deterministas y baratas con reglas fijas (mejor un script o job).
  • Acciones críticas sin guardrails (pagos, borrados, cambios masivos).
  • Casos con datos sensibles sin anonimización ni control de permisos.
  • Sistemas sin observabilidad (no sabrás qué hizo ni por qué).

Diseño seguro de agentes (checklist)

  • Lista blanca de herramientas permitidas y parámetros validados.
  • Presupuesto por tarea: límite de pasos, tiempo y costo.
  • Revisiones: pasos irreversibles requieren confirmación humana.
  • Entornos separados (dev/stg/prod) y tokens de solo lectura si es posible.
  • Auditoría: log de decisiones, prompts y resultados de herramientas.
  • Fallback: si falla, degradar a flujo “manual guiado”.

KPIs que sí importan

  • Tasa de éxito por tarea (completa sin intervención humana).
  • Profundidad de acción (número de pasos promedio y máximo).
  • Fail/Abort rate por herramienta.
  • Tiempo y costo por ejecución (p95).
  • Escalado humano (% de casos que requirieron aprobación/corrección).

Micro-workflow n8n: “Agente con supervisor”

  1. Webhook → recibe { tarea, contexto }.
  2. LLM (planner) → propone plan de pasos y herramientas.
  3. IF → si el plan supera límites (pasos/costo) → reject y pedir más contexto.
  4. Execute → n8n llama herramientas en orden (HTTP, DB, Email, etc.).
  5. LLM (critic) → revisa el resultado y redacta el informe final.
  6. Approval → si es “riesgoso”, solicita aprobación humana.
  7. Audit → guarda plan, pasos, costos y tiempos.

Errores comunes

  • Permitir herramientas abiertas sin validación de parámetros.
  • No fijar topes de pasos/tiempo/costo.
  • Falta de logs y trazas para reconstruir decisiones.
  • Usar agentes para todo en lugar de reservarlos para lo que sí aporta.

Conclusión

Los agentes brillan en flujos complejos y cambiantes, pero exigen límites, auditoría y un buen criterio de “cuándo sí/cuándo no”. Empieza pequeño, mide y escala solo donde aporte valor.

  • Agentes
  • Herramientas
  • n8n
  • Riesgos
  • Observabilidad